Nuestro Restaurante
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Nuestro Restaurante

Nuestro Restaurante Las Cuevas del Principe es un establecimiento ubicado en una antigua casa situada en el centro histórico de Navalcarnero. En su día, esta propiedad albergaba patio, corrales, vivienda y cobertizo para aperos y utensilios propios de la época en la que la práctica totalidad de la población se dedicaba a la agricultura y la ganadería. A lo largo de la historia y en particular, desde que Vicente Ruiz-Medrano comenzara a destacar por sus servicios como mesonero, comenzaría un proceso paulatino de adaptar poco a poco toda la propiedad hacia el mundo de la hostelería más profesional y moderno sin perder el sabor propio de los orígenes castellanos.

Jesus Ruiz-Medrano, como heredero de su padre Vicente, continúo este proceso en la zona de la propiedad que hoy día ocupa Las Cuevas del Principe, adaptando los espacios a los volúmenes arquitectónicos propios de los caseríos de labranza, dándose de esta manera hasta 4 entornos diferenciados: El Salón Castellano, El Salón del Príncipe, El Salón Familiar y Las Cuevas.

El Salón del Príncipe

Originariamente este lugar fue un patio descubierto donde se guardaban bueyes y ganado ovino y porcino, hacia él daban las ventanas de la vivienda, debido a ello, hoy día guarda esa mágica decoración que lo asimila a un patio castellano. Es el espacio más amplio del local, que a su vez se divide en cuatro áreas, la parte baja, la de arriba, la zona de la barra y el fondo, pudiendo acoger a diferentes banquetes y celebraciones de manera simultánea con total comodidad. La parte de arriba hace las veces de pista de baile, cuando se tercia la ocasión, se retiran las mesas, se bajan las luces y el cuerpo pide un poco de marcha, que ayuda mucho a digerir las buenas y estupendas viandas que se pueden degustar, siempre en exceso.

El Salón Castellano

Antiguamente fue un almacén de aperos y utensilios de labranza, hoy en día es uno de los lugares con más encanto del local que en, un tamaño más reducido que el Salón Castellano, puede acoger celebraciones o banquetes exclusivos de grupos grandes, o, por su ambientación y distribución, hacer de todas las celebraciones de cada mesa, un único evento en el que todos los comensales terminan brindado por cuantas razones sean las que les hayan conducido hasta este lugar.

El Salón Familiar

Este espacio, recuperado de los entresijos de una arquitectura decimonónica, acoge un pequeño salón propio para quienes desean un ambiente más relajado o para albergar una única mesa en un área que se puede hacer totalmente privada, sin perder la esencia del lugar.

Las Cuevas

Este espacio subterráneo que da nombre al restaurante en su conjunto, albergaba alimentos y bebidas que debían ser conservados en lugar fresco en la época en la que no existían las cámaras frigorificas, desde verduras y hortalizas hasta embutidos, jamones, y por supuesto, vino. El vino se almacenaba para su conservación y posterior consumo en grandes toneles que se acopablan en las paredes del túnel subterraneo al que se le daba la forma adecuada para su colocación, hoy día, el lugar que era ocupado por esos toneles, alojan hoy las pequeñas mesas en las que disfrutar de una experiencia única, emotiva y romántica.

Si llegas con tiempo suficiente, es posible que tengas la suerte de poder disfrutar aquí de tu aperitivo a base de matanza y vermut, ya que es un lugar idóneo para sumergirse en el mundo en el que vivían nuestros abuelos, donde si bien era una vida más díficil y dura, siempre atribuimos una capacidad extraordinaria para obtener una calidad gastronómica indiscutible.

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